El lunes 28 de octubre será un día muy especial en el colegio. Recordaremos la experiencia Montagne que supuso un antes y un después para nuestro fundador, Marcelino Champagnat. Desde aquella experiencia, Marcelino no volvió a ser el mismo, reconoció su misión y decidió que tenía que ponerse en marcha. Nosotros continuamos con su legado y agradecidos por ello, viviremos una celebración que ha sido preparada en las tutorías de esta semana.
“(…)El 28 de octubre de 1816, ocurrió un suceso que movió definitivamente a Macelino a poner en marcha su proyecto.
Le llamaron para que fuera al caserío de un carpintero de Les Palais, pequeño núcleo situado más allá del Bessat. Allí un joven de 17 años se estaba muriendo. El muchacho ignoraba por completo las verdades de la fe. Marcelino le enseñó, le escuchó en confesión y le preparó a bien morir. Luego salió para visitar a otro enfermo de las cercanías. Cuando volvió al caserío de Montagne, le dijeron que Juan Bautista ya había muerto.
Este encuentro transformó a Marcelino. El desconocimiento que el muchacho tenía de Jesús le convenció de que Dios le llamaba a fundar una congregación de hermanos que evangelizara a los jóvenes, en especial a los más desatendidos. En el tiempo que invirtió de regreso a la casa parroquial, ya tenía la decisión tomada: invitaría a Juan María Granjon a convertirse en el primer miembro de su comunidad de hermanos educadores.”
Del libro “San Marcelino Champagnat. Un corazón sin fronteras. Vida y Misión.” De Seán D. Simmon. 1999. FMS.